Recuperarse del impacto de una guerra requiere no sólo de repensar y reformar políticas que reparen las estructuras sociales, culturales y económicas, también requiere de esfuerzos conjuntos para restaurar los daños causados a la biodiversidad y la degradación de los paisajes.
Durante la guerra de Vietnam (1955-1975), conocida en aquel país como la Guerra de Estados Unidos de América, grandes extensiones de tierra fueron diezmadas con herbicidas químicos que fueron rociados en cantidades masivas en bosques y campos durante las operaciones militares de los Estados Unidos.